Todos tenemos una lucha interior y tenemos altas y bajas en nuestras vidas. Pero también sabemos que, el que comenzó la buena obra en nosotros la va a terminar. No podemos tomar a la ligera esta lucha que es una lucha en contra de lo que quiere afectar nuestra mente y nuestra Identidad en Dios.
Tenemos una guerra para llegar a ser lo que el Señor quiere que seamos, pero esa guerra no la peleamos solos y con nuestras propias fuerzas. Nuestro Padre nunca nos abandona, Él recorre este camino junto a ti y si es necesario pelea por ti.
Cada uno de nosotros tiene una batalla diferente, unos pelean con el ego, otros con el orgullo, otros con falta de fe y de perdón, adicciones, miedos, etc. Cuando estamos luchando por ser mejores y parecernos más a Cristo es porque tenemos el anhelo de caminar con Él y ser como El cada día más. ¡De verlo cara a cara!
Cuando andamos con Dios, su luz radiante nos va a mostrar que es lo que tenemos que cambiar y desechar de nuestras vidas para ser más como Él. Descubrimos lo que Él quiere que soltemos, lo que no nos conviene, como por ejemplo; amigos, relaciones, acciones.
Recuerda, que para Dios siempre seguirás siendo su hijo, a pesar de en qué parte del proceso te encuentres… Él sabe que está obrando en ti y no te dejará hasta verte transformado de acuerdo a su plan maestro.
Como hijos de Dios debemos confiar en la obra y el proceso de Él en nosotros, no debemos temer ni dudar de que Él es el alfarero y nosotros somos el barro en sus manos. Nuestras vidas no están en las manos de alguna “fuerza” invisible o “destino” ciego; están en las manos de una Persona: el Dios todopoderoso.
“Eʟ SEÑOR ᴄᴜᴍᴘʟɪʀᴀ́ sᴜ ᴘʀᴏᴘᴏ́sɪᴛᴏ ᴇɴ ᴍɪ́; ᴇᴛᴇʀɴᴀ, ᴏʜ SEÑOR, ᴇs ᴛᴜ ᴍɪsᴇʀɪᴄᴏʀᴅɪᴀ; ɴᴏ ᴀʙᴀɴᴅᴏɴᴇs ʟᴀs ᴏʙʀᴀs ᴅᴇ ᴛᴜs ᴍᴀɴᴏs.” Sᴀʟᴍᴏs 138:8