¿Cómo podemos reconocer la voz de Dios? Esta es una pregunta que surge con regularidad en la vida del cristiano. Esto sucede en el discípulo que está creciendo y desea aprender a reconocer la voz de su Pastor. Todos queremos escuchar la voz de nuestro Señor. A veces leemos la Palabra de Dios pero necesitamos entenderla, vivirla, seguirla y obedecerla. Tenemos que aprender a ser sensibles y descubrir esas formas diferentes como Dios nos habla.
El Señor habla de muchas maneras y cuando nos sensibilizamos es cuando comprendemos que Dios nos está hablando y uno comienza a discernir la voz de Dios. Él nos habla, a través de su Palabra y el Espíritu Santo es quien nos revela el mensaje para que nosotros entendamos lo que Dios nos quiere decir y no sea lo que nosotros mismos entendamos.
Recordando a los hombres y a las mujeres por medio de las cuales Dios cambió la historia. No tuvieron nada en especial, eran personas comunes y corrientes, como tú y como yo. Muchos de ellos no eran sabios, ni superdotados. Pero todos tuvieron una cosa en común; supieron cuál era la voluntad de Dios para ellos y su generación y la cumplieron. Lo que Dios usó en el pasado fueron personas ordinarias que tuvieron un Señor extraordinario, en el cual pusieron su poquito de Fe. La fuerza que motivó a estos hombres fué la convicción firme de que Dios los había llamado a su obra, y que mientras ellos fueran fieles a ese llamado, El obraría con ellos y a través de ellos, contra cualquier obstáculo para lograr la victoria.
En la Biblia, podemos apreciar la historia de hombres y mujeres que descubrieron la voluntad de Dios para ellos. Dios nos habla de muchas maneras… Por ejemplo: a José le dió un sueño. Moisés vió una zarza ardiente que no se consumía. Pablo vió una luz cegadora y el pequeño Samuel oyó una voz. Y así, como le habló de muchas maneras a estos hombres, Él no ha cambiado y puede hablarte a ti y tú puedes reconocer su voz. Dios nos habla hoy a través de su Palabra.
Para recibir la guía del Señor tenemos que cumplir ciertas condiciones básicas: Tener un corazón limpio (Salmo 66:18), declarar dependencia al Espíritu Santo (Romanos 8:26) y renunciar a nuestros propios pensamientos (Isaías 55:8-9). Para el que está comprometido con Dios y está rendido delante de Él, su conciencia comienza a ser formada y transformada por la Palabra y por el poder de su Espíritu Santo. Empieza a pensar como Dios quiere que pienses. Si tu mente es renovada por El, tu conciencia renovada ahora por el conocimiento que tienes de Él, te ayudará a tomar decisiones. Ahora la Palabra de Dios te guía a toda verdad.
Pídele al Señor que abra tus oídos y que te habilite a escuchar su voz. El Señor puede arreglar tu vida, sólo debes estar en comunión con El para que puedas escucharle. Pídele al Señor, que te ayude a entender su Palabra y los principios que te van a llevar a bien en tu vida. Recuerda que, El habla, El dirige, El guía y El aparta el mal de tu camino.